lunes, 12 de junio de 2017

ADICCIÓN A LAS COMPRAS

ADICCIONES A LAS COMPRAS



Se la llama la enfermedad invisible, porque nadie la advierte como tal, ya que a la persona se la considera por lo general frívola o caprichosa, cuando en realidad ésta padece un alto grado de sufrimiento y de incapacitación. Los expertos advierten que el deseo de comprar, una forma para hallar la felicidad, proviene del exterior más que del interior, debido al acoso que hace la publicidad. Aunque otros hacen hincapié en que el problema está en la persona, siendo difícil delimitar cuándo el entorno, una época o una situación, da lugar a una conducta adictiva. El consumo compulsivo afecta sobre todo a mujeres y jóvenes; y se trata de una patología que puede encubrir una depresión, ya que la persona en cuestión sólo siente satisfacción cuando compra. Después, debido a los problemas de conciencia (por el gasto indebido que hizo), cae en un estado depresivo; y el no poder ir de compras le provoca una profunda tristeza y una gran ansiedad. Al igual que sucede con las drogas, la necesidad de consumir se hace mayor cada día.

Pero es importante distinguir entre la compra impulsiva y el placer de comprar, al que todos sucumbimos bajo la presión de la sociedad occidental en la que vivimos. Porque la adicción de comprar se vive como una necesidad frecuente e incontrolada, y en caso de no ser satisfecha la persona debe luchar contra un estado general de irritabilidad y malestar. El gusto por comprar es una actividad que se ha extendido en esta sociedad, puramente consumista, y se puede asegurar que no hay nada de malo en ello, está bien ganar dinero y gastarlo en lo que cada quien desee. No obstante, sí existe un problema cuando el deseo de consumir se transforma en una idea de que tener cierta cantidad de objetos es una necesidad, cuando luego de adquirirlos se advierte que no lo es y se quiere más. Porque lo que caracteriza al comprador compulsivo es la compra de cosas que no necesita ¡con dinero que no tiene!.



¿Existe un tipo de personalidad que predisponga a la adicción? 
En realidad, esta sociedad ejerce una fuerte presión sobre la imagen social y presenta multitud de productos objeto de consumo con cada vez mayor accesibilidad, no en vano la denominamos sociedad de consumo. Por ello la vulnerabilidad tiene que ser cada vez menor para que se presente esta patología, sin embargo, hay algunos rasgos de personalidad que predisponen a la persona a padecer cualquier tipo de adicción. Las adicciones se presentan en personas con baja autoestima, notables dificultades de adaptación a la realidad que se le presenta,  baja tolerancia a la frustración, necesidad de gratificación inmediata, búsqueda de fuertes sensaciones, tendencia al descontrol de impulsos, tendencia a evadir conflictos y marcada incapacidad para pedir ayuda.
Muchas de las adicciones se presentan en bidependencia, es decir, acompañadas de otras. Por ejemplo, es muy habitual que la adicción a la cocaína venga en asociación de la dependencia o abuso del alcohol, que la adicción al móvil y al trabajo vayan juntas o que se simultaneen los trastornos de la conducta alimentaria con consumo patológico de alcohol, cannabis y/o cocaína.


Tratamiento:
Cuando se detecta esta patología es necesario acudir a un profesional  especialista en adicciones. Es muy importante que la red social que sostiene al paciente colabore y a la libertad, en la terapia ya que éstas en una patología que afecta a la capacidad de elección y a la libertad de la personas. Utiliza como mecanismo de defensa la negación  y el auto-engaño, por lo que es frecuente que estas personas mientan u oculten a su entorno el problema que les aqueja.
Un tratamiento correcto debe tener dos dimensiones, la primera, la que atañe a la conducta de comprar que debe ser controlada y acompañada por las personas del entorno que colaboren en el tratamiento y la segunda vertiente debe hacer frente a las situaciones ansiógenas que precipitan la adicción.

 Prevención:
Son varias las medidas que se pueden tomar desde los diferentes agentes educativos que inciden sobre nuestra infancia y juventud: la familia, escuela, los medios de comunicación y desde todos ellos se pueden realizar políticas que reduzcan  el impacto del bombardeo de la publicidad  que pretende, en la búsqueda de sus máximos beneficios, convertimos en sujetos, que se definen como tal a través de su consumo.
algunas costumbre s que se podrían introducir o empezar a cambiar son, por ejemplo, no asociar ocio con consumir, acto muy habitual ya que que uno de los lugares de ocio más recurrente son los centros comerciales. Se debe empezar a romper el binomio éxito=adquisición de mayor numero de objetos , y,  en la misma linea intentar que la manera de premiar a nuestros hijos no sea siempre a través de lo material sino que se puedan utilizar otros reforzadores como el reconocimiento  social o la realización de actividades gratificantes por las que no sea necesario pagar.




1 comentario:

  1. Es importante saber que todos los excesos son malos, lo mejor que podemos hacer es llevar un camino medio , para evitar estos comportamientos tan perturbadores que lo único que hacen es quitarnos la paz y tranquilidad mental.

    Saludos,
    Centro de rehabilitacion

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